Ya son 10 años de persistir en dos propósitos fundamentales: por un lado, visibilizar artistas emergentes que muchas veces no tienen dónde exponer a pesar de la gran calidad de su trabajo; y por el otro, ofrecer la posibilidad a un público amplio de invertir en arte a precios accesibles.

Son nueve años consecutivos en que hemos ido a México y a varias ciudades de Colombia como Medellín, Cali y Barranquilla con la intención de seguir acercando el arte a cada vez más gente que ni siquiera se planteaba la posibilidad de tener una obra en sus manos. ¿Qué nos dice el arte que tenemos en nuestras casas, apartamentos, oficinas? ¿Por qué en esas paredes tenemos lo que tenemos? Aquí la idea es escoger, por simple gusto, lo que queremos que nos acompañe a diario: tal y como elegimos un libro, una película, una canción, el arte también nos puede hablar de lo que somos.

La invitación con la feria en Medellín fue a observar el trabajo de más de 40 artistas que tampoco se resignaron en la pandemia; que no solo siguieron produciendo arte sino inspirándose con más determinación.